lunes, 14 de julio de 2014
Análisis de la Obra de Montalvo: Las Catilinarias
Contexto histórico
Cuando en 1876 Ignacio Veintimilla depuso a Borrero y se hizo con el control del país, este general no era ni mucho menos un desconocido para la sociedad de Ecuador. Veintimilla había sido ministro en 1867 y dos años después había intentado derrocar al presidente García Moreno. A pesar de que esta conspiración fracasó y de que Veintimilla sufrió el exilio en Europa, el general no cejó en su empeño hasta lograr su objetivo en el citado 1876.
Al principio Veintimilla impuso
una férrea dictadura, que en 1878 intentó legitimar disfrazándola de gobierno
constitucional. Pero poco le duró al general su vena democrática y en 1882,
justo cuando se discutía sobre quién iba a ser susucesor, dio un segundo golpe
de Estado y continuó en el poder, aunque sólo por un año más.
En 1883 Ignacio de Veintimilla
consiguió lo que no había logrado nadie en la breve historia del Ecuador: la
unión de liberales, conservadores y progresistas. Un heterogéneo ejército de
exiliados, provenientes del Perú y apoyados por el pueblo, consiguió recuperar
la ciudad de Quito y expulsar de allí al dictador. Pero Veintimilla no había
dicho su última palabra. Tras salir de la capital se estableció en Guayaquil,
de donde sólo puedo ser desalojado meses más tarde. Veintimilla se fue a Perú,
en un exilio que duraría hasta su muerte, pero no sin antes saquear el Banco
del Ecuador. Con este último acto de latrocinio le daba la razón a Montalvo,
quien le pondría su nombre a un ladrón en su obra póstuma Capítulos que se le
olvidaron a Cervantes (1895). El periodo de la Historia de Ecuador que afecta
directamente a Las Catilinarias termina con la convocatoria de unas elecciones
en las que se van a imponer los progresistas. Todos estos hechos históricos aparecen
constantemente en Las Catilinarias, aunque lo suelen hacer de soslayo, como
telón de fondo.
Los ensayos de Montalvo son una
minuciosa descripción de la sociedad ecuatoriana de la época y de algunos de
sus políticos más destacados. Más que escritor fue un pensador político, que se
sirvió de sus ensayos y de sus artículos en prensa para participar en la
política ecuatoriana. Su pensamiento es de tendencias liberales y se opuso al
clero y a los conservadores, aunque el verdadero objetivo de su pluma fue la
figura del dictador, encarnada primero por García Moreno y después por Ignacio
Veintimilla. Volcaba su gran cultura en sus escritos, que llenaba de
referencias a otras obras literarias.
Las Catilinarias
Las Catilinarias forman un conjunto de doce ensayos publicados por Juan Montalvo de manera independiente. Todos ellos fueron editados en Panamá entre 1880 y el comienzo del año 1882. A pesar de no formar un libro unitario, la obra tiene un carácter homogéneo ya que comparte el mismo objetivo en todos los ensayos. Esta finalidad concreta es mostrar las iniquidades cometidas por el dictador Veintimilla, personaje despreciado por Montalvo y vilipendiado a lo largo de toda la obra. Todos y cada uno de los doce ensayos siguen este patrón, aunque lo hagan de manera distinta.
La gran cultura de Montalvo le sirve para elaborar una afilada crítica, enriquecida con múltiples notas históricas y literarias que contraponen la figura de Veintimilla con la de otros muchos personajes.
El otro gran tema que subyace en la obra, es el de Ecuador. En Las Catilinarias encontramos los principales personajes del país, las costumbres, el papel del clero, etc.; todo lo que pasaba en esta época queda reflejado por la pluma de Montalvo.
La tercera característica que otorga unidad al libro es su estilo. Un estilo sumamente cuidado que nos descubre a un político con vocación de escritor o a un escritor de temas políticos. No duda Montalvo en introducir escenas dramatizadas,comentarios a libros, citas clásicas y muchos otros elementos que crean una obra concierto aire de miscelánea.
Antes de acometer el análisis de los temas principales de la obra debemos hacer mención a la relación que la une con su casi homónima: Catilinarias de Cicerón. Montalvo toma el mismo nombre que el escritor latino le puso a una de sus obras, lo único que las diferencia es que el ecuatoriano le añade el artículo, por una serie de motivos muy claros. Esta obra recoge los discursos de Cicerón contra su enemigo Catilina, al que quería echar de Roma. Podemos decir que Veintimilla es el Catilina de Montalvo, su gran enemigo.
El espíritu de la obra es muy similar, el desprecio de un contrincante político, aunque también son muchas las diferencias. Las Catilinarias de Cicerón son sólo cuatro y tienen un carácter oral que no encontramos en la obra del escritor ambateño. Cicerón exhorta continuamente a los receptores y destinatarios de sus discursos:Catilina en la primera, el pueblo romano en las dos siguientes y el Senado en la última. Se puede decir que Montalvo recuperó el espíritu de Cicerón, luchar contra las injusticias mediante la palabra, en un tiempo y en un lugar muy alejado de la Roma republicana. Iniciando ya el estudio de Las Catilinarias de Juan Montalvo, debemos comenzar haciendo referencia al título de los primeros cinco ensayos del volumen, y que toma un refrán español: “Tanto monta Isabel como Fernando”. A partir de la sexta Catilinaria cambia el título, pero no su sentido, que aparece de manera más concreta y directa: “Tanto monta cortar como desatar”.
Los doce ensayos que componen este libro tienen varios temas comunes. A pesar de que el ataque a Veintimilla llena la mayor parte de las páginas de Las Catilinarias, Montalvo enfoca la crítica desde distintas ópticas y haciendo referencia a distintos asuntos en cada ensayo.
La primera Catilinaria tiene como tema central la ley. Para Montalvo, hombre de convicciones democráticas, la ley debe ser siempre la que rija los destinos de un país, todo lo contrario de lo que pasaba en Ecuador en esa época. Por eso otorga mucha importancia a este concepto y lo coloca como punto de partida de sus reflexiones.
Otro tema que vertebra muchos de sus ensayos es la Historia. Son continuas las alusiones históricas que utiliza Montalvo para mostrar episodios que se pueden relacionar con los sucesos que estaban ocurriendo en el Ecuador. Si ya conocíamossu devoción por Cicerón desde el título, a lo largo de los ensayos aparecen frecuentesalusiones a la Roma Clásica, una de las épocas más estimadas por el escritor de Ambato. Como contrapunto a este repaso a la Historia, que realiza a lo largo de las páginas de Las Catilinarias, aparecen referencias a la situación política contemporánea de los distintos países de América Latina. Montalvo estaba al tanto de lo que ocurría en toda Hispanoamérica, y se sirve de esto para contraponer la realidad ecuatoriana a la de los países limítrofes. Destaca el cariño y la admiraciónque emplea cuando se refiere a Colombia, nación que había acogido al autor en la localidad de Ipiales.
Precisamente el elogio a un periodista colombiano protagoniza la coda que añade a lacuarta Catilinaria. Escribe esta laudatoria hacia Adriano Páez como contrapunto al resto de la obra. El tono general del ensayo es de un insulto,elaborado y razonado pero insulto al fin y al cabo, hacia la persona de Ignacio Veintimilla. El elogio a Páez, así como los que dedica a todos aquellos que le apoyan, actúa como un contraste que no hace sino ahondar por oposición la críticahacia el dictador.
Entre las incontables referencias literarias que se pueden rastrear en Las Catilinarias hay una que destaca sobre todas las demás. Montalvo se declara un enamorado de la obra de Cervantes, recordemos su obra Capítulos que se le olvidaron a Cervantes, y son constantes las alusiones al Quijote. Comparte con este libro una característica cuya importancia creemos que debe ser ponderada: el comentario que el autorhace de la recepción de su propia obra. Al igual que Cervantes introduce referencias a la recepción de su libro en la segunda parte del Quijote, Montalvo, al ir publicando de manera escalonada los distintos ensayos que componen el libro,puede comentar la recepción de sus ensayos. Es algo que pocos autores pueden hacer y que es muy útil para el ensayista, ya que puede respondera las críticas, agradecer las alabanzas, y explicar los errores que se le achacan.
Juan Montalvo tenía una formación clásica, y conocía perfectamente la tradición literaria europea.
Prueba de ello es la actualización que lleva a cabo de un tópico clásico de la culturaoccidental: el menosprecio de corte y alabanza de aldea. El autor traslada este tema a la realidad hispanoamericana y alaba la integridad de las tribus amazónicas frente a las corruptelas de las sociedades aparentemente civilizadas. En relacióna este aspecto, Juan Carlos Grijalva ha puesto de manifiesto la base social de las Catilinarias, que tiene entre sus objetivos el ataque del racismode las clases dominantes hacia los indígenas. Como ya hemos señalado al comentar la loa a Adriano Páez, Montalvo añade a veces unas codas a sus ensayos para reflexionar sobre diversos asuntos. Las razones de estos añadidos puedenser varias: la diferencia de tono o de tema, estar redactados con posterioridad al resto del ensayo, etc. En la Sexta Catilinaria, por ejemplo, son dos los exordios: una reflexión moral y una prueba de los robos de Veintimilla.
En la Octava Catilinaria el tema que trata es el de la Cultura. Lo considera Montalvo un método para luchar contra las injusticias y los delitos que asolan Ecuador. Hace un repaso de la Cultura, la Educación y de la situación política de distintos países de Europa y de América; todo ello lo configura como un gran conocedor de la realidad que se vivía en Occidente en el siglo XIX. Montalvo va más allá de los tópicos e indagaen las carencias que cada país tiene en Educación. No sólo encontramos referencias a obras literarias, a la Historia, a la situación política de Ecuador y del resto de países, también observamos que Montalvo conoce bien la mitología de raíz europea. Esto le sirve para hacer un paralelismo entre temas mitológicos y los vividos porél, como en este caso: “Caco huía de Hércules, yo soy menos temible que este héroe; Ignacio Veintimilla no huye de mi, antes me sale al paso”1.
Podemos observar en el desarrollo de Las Catilinarias una evolución en cuanto a los temas que tratan cada uno de los ensayos. Poco a poco se va mitigando la crítica a Veintimilla que es tan virulenta en las primeras Catilinarias. En las últimas se centra más en reflexiones generales y en críticas a costumbres y a personajes, aunquesiempre lanza algún ataque al dictador. Como ya hemos ido comentando en párrafosanteriores, la crítica al General Veintimilla es la protagonista principal de toda la obra. Son continuos y devastadores los ataques a la persona de este dictador ecuatoriano. Montalvo hace del insulto un arte; en la Segunda Catilinaria se puede leer esta frase que hace referencia a la poca integridad del Ignacio Veintimilla: “Su corazón no late; se revuelca en un montón de cieno”.
Son muy variadas las formas que emplea el autor para realizar la crítica que debe mostrar a todo el pueblo ecuatoriano los defectos del general.Descalifica a Veintimilla ejemplificando en él los siete pecados capitales: va recordando episodios concretos en los que se ponen de manifiesto la soberbia, la ira o la gula del general.
También se vale de los Diez Mandamientos bíblicos para asegurar que el tirano no cumple ninguno de ellos.
Una de las características propias de Las Catilinarias es que Montalvo suele aportar al texto frecuentes reflexiones propias. En estas pequeñas teorías morales se va vislumbrando la filoso fía vital del autor, que a menudo nos la muestraen oposición a un Veintimilla ridiculizado hasta el extremo. En una de estas meditaciones, Montalvo reflexiona sobre los defectos y los vicios, y no duda en ejemplificar los peores en la figura del tirano, al que critica por su concupiscencia,su embriaguez y su pasión por el juego. No escatima detalles al ejemplificar cada uno de estos vicios con episodios de la vida de Veintimilla.
La eficacia de la crítica de Montalvo hacia el contrincante político reside, principalmente, en que él sufre en primera persona las iniquidades de Veintimilla. El autor aparece a menudo como un personaje más de los hechos que narra, ya que ha sido testigo y protagonista de los mismos. Montalvo no pretende hacer una semblanza imparcial, quiere hacer una crítica basándose en los desmanes que ha cometido y que él conoce de primera mano porque los ha sufrido.
También conoce muy bien la corte que acompaña a Veintimilla y sabe describirla con precisión y sin ahorrar vituperios.
La crítica hacia el general va dirigida tanto a su labor como gobernante como a sus defectos personales. A veces logra unir estas dos críticas con gran eficacia. Por ejemplo tras mofarse del analfabetismo de Veintimilla, Montalvo afirmaque su incultura ha provocado el menosprecio y el descuido de la Educación. Imbrica la mala situación del país con las tachas de su mandatario.En lo que respecta a la crítica personal de Veintimilla se ríe por ejemplo de su forma de hablar.
Lo hace poniendo casos concretos de su incultura: dice “tíes” en vez de vosotros, o mezcla el quechua y el español. También se mofa de sucomportamiento en sociedad, por hechos como la utilización del tuteo cuando se dirige a personajes ilustres.
Veintimilla no es el único personaje al que Montalvo critica. También lanza dardos envenenados hacia la figura de García Moreno, el que fuera también presidente de Ecuador, y hacia la de Urbina, aliado del dictador. También reprende a Antonio Borrero, el anterior dirigente del país, pero de una forma más liviana ya que reconocesus virtudes.
Junto con la crítica constante a Veintimilla, se va configurando un fresco de la sociedad ecuatoriana de la época. Muestra Montalvo cierto desencanto hacia sus compatriotas, de los que llega a decir que “razón sin bayoneta es sinrazón para ellos”.
Queda clara la poca confianza que tenía en el espíritu democrático del pueblode Ecuador, que aparece en un segundo plano durante la obra, mientras que es la clase dirigente la que protagoniza los ensayos. Un ejemplo de ello lo encontramos en la Sexta Catilinaria, en la que se narran distintos acontecimientos de losprincipales personajes de la vida pública de Ecuador.
Montalvo era un gran conocedor de la heterogénea realidad de su país. Aparecen retratadas las dos caras del Ecuador: los serranos (los habitantes de Quito) y los costeros (los de Guayaquil).
Estos últimos salen peor parados en la comparación, por defender a Veintimilla. También queda patente la influencia que alcanza el tirano en distintos sectores de la sociedad: en la Universidad lo hace encarcelando al rector y en el poder judicial influyendo en algunos casos.
Otro estamento ecuatoriano que sale muy mal parado de Las Catilinarias es el clero. Critica el autor a algunos por estar con Veintimilla y a los demás por no levantarse de manera decidida contra él. Esta crítica general se convierte en sátira en algunos episodios concretos que narra, como por ejemplo aquél protagonizado por un monje glotón.
Comentábamos antes lo destacado de la prosa de este libro. Lo primero que debemos reseñar al ocuparnos del estilo de Las Catilinarias, es que Montalvo es muy cuidadoso con él.
Utiliza el escritor ambateño una prosa refinada, propia de los mejores narradores hispanoamericanos del siglo XIX. Emplea también una gran variedad de recursos literarios como ahora veremos. La importancia del estilo para Montalvo es suma, porque se quiere erigir como una figura que represente la cultura y la democracia en Ecuador, frente a la ignorancia que caracteriza a Veintimilla.
Encontramos en varias ocasiones a lo largo de los distintos ensayos, la descripción de un personaje histórico como epítome de una virtud o de un defecto. Emplea esta figura siempre en relación con Veintimilla; ya sea por oposición, cuando ejemplifica virtudes, o por similitud con el dictador, cuando representa defectos.
Una de las notas características del estilo de los doce ensayos es la inclusión de episodios narrativos. Hallamos en Las Catilinarias varias parábolas y fábulas; entre las primeras destaca el cuento de la bella Ecua (de la Tercera Catilinaria) que es una parábola de la situación política de Ecuador. También encontramos comentarios deobras literarias, como el de una comedia de Moratín o el del ensayo titulado La femme del historiador francés Jules Michelet. Otras veces incluye citas literarias; así encontramos por ejemplo una del Libro del buen amor del Arcipreste de Hita.Montalvo no sólo era un gran entendido en Literatura, también tenía cierta formación lingüística.Lo demuestra al final de la Tercera Catilinaria en la que añade una nota filológica sobre la etimología de la palabra “prescindencia”. En el penúltimo ensayo de este libro añade una nueva reflexión de este tipo, al corregir los errores tipográficosque ha detectado en las distintas Catilinarias.
Siguiendo con la descripción de su estilo observamos un recurso muy empleado: la repetición de la misma estructura sintáctica. También son frecuentes los juegos de palabras, entre los que destacan los dedicados al nombre del dictador.
Le pone motes como el de Ignacio de la Pandilla (por sus compañeros), Ignacio de Pilla- Pilla (por ladrón), Ignacio de Villadiego (por cobarde) o Ignacio de la Cuchilla (por asesino).También destaca el estilo de Montalvo en las descripciones. Son minuciosos los retratos que realiza de los banquetes o de la abigarrada corte que rodeaba a Veintimilla. El ambiente del palacio del tirano anticipa las descripciones que autorescomo Vargas Llosa o García Márquez harán un siglo después en sus novelas sobre dictadores.Esta prosa que mezcla reflexiones propias con diálogos, escenas, citas literarias y datos eruditos, da a Las Catilinarias cierto aire de miscelánea y ayudan a convertirla en una obra única y que a su vez representa muy bien el espíritu de su tiempo. Juan Montalvo por su parte, aparece como el dueño de una de las plumas más aceradas del ensayo hispanoamericano decimonónico.
Las Catilinarias forman un conjunto de doce ensayos publicados por Juan Montalvo de manera independiente. Todos ellos fueron editados en Panamá entre 1880 y el comienzo del año 1882. A pesar de no formar un libro unitario, la obra tiene un carácter homogéneo ya que comparte el mismo objetivo en todos los ensayos. Esta finalidad concreta es mostrar las iniquidades cometidas por el dictador Veintimilla, personaje despreciado por Montalvo y vilipendiado a lo largo de toda la obra. Todos y cada uno de los doce ensayos siguen este patrón, aunque lo hagan de manera distinta.
La gran cultura de Montalvo le sirve para elaborar una afilada crítica, enriquecida con múltiples notas históricas y literarias que contraponen la figura de Veintimilla con la de otros muchos personajes.
El otro gran tema que subyace en la obra, es el de Ecuador. En Las Catilinarias encontramos los principales personajes del país, las costumbres, el papel del clero, etc.; todo lo que pasaba en esta época queda reflejado por la pluma de Montalvo.
La tercera característica que otorga unidad al libro es su estilo. Un estilo sumamente cuidado que nos descubre a un político con vocación de escritor o a un escritor de temas políticos. No duda Montalvo en introducir escenas dramatizadas,comentarios a libros, citas clásicas y muchos otros elementos que crean una obra concierto aire de miscelánea.
Antes de acometer el análisis de los temas principales de la obra debemos hacer mención a la relación que la une con su casi homónima: Catilinarias de Cicerón. Montalvo toma el mismo nombre que el escritor latino le puso a una de sus obras, lo único que las diferencia es que el ecuatoriano le añade el artículo, por una serie de motivos muy claros. Esta obra recoge los discursos de Cicerón contra su enemigo Catilina, al que quería echar de Roma. Podemos decir que Veintimilla es el Catilina de Montalvo, su gran enemigo.
El espíritu de la obra es muy similar, el desprecio de un contrincante político, aunque también son muchas las diferencias. Las Catilinarias de Cicerón son sólo cuatro y tienen un carácter oral que no encontramos en la obra del escritor ambateño. Cicerón exhorta continuamente a los receptores y destinatarios de sus discursos:Catilina en la primera, el pueblo romano en las dos siguientes y el Senado en la última. Se puede decir que Montalvo recuperó el espíritu de Cicerón, luchar contra las injusticias mediante la palabra, en un tiempo y en un lugar muy alejado de la Roma republicana. Iniciando ya el estudio de Las Catilinarias de Juan Montalvo, debemos comenzar haciendo referencia al título de los primeros cinco ensayos del volumen, y que toma un refrán español: “Tanto monta Isabel como Fernando”. A partir de la sexta Catilinaria cambia el título, pero no su sentido, que aparece de manera más concreta y directa: “Tanto monta cortar como desatar”.
Los doce ensayos que componen este libro tienen varios temas comunes. A pesar de que el ataque a Veintimilla llena la mayor parte de las páginas de Las Catilinarias, Montalvo enfoca la crítica desde distintas ópticas y haciendo referencia a distintos asuntos en cada ensayo.
La primera Catilinaria tiene como tema central la ley. Para Montalvo, hombre de convicciones democráticas, la ley debe ser siempre la que rija los destinos de un país, todo lo contrario de lo que pasaba en Ecuador en esa época. Por eso otorga mucha importancia a este concepto y lo coloca como punto de partida de sus reflexiones.
Otro tema que vertebra muchos de sus ensayos es la Historia. Son continuas las alusiones históricas que utiliza Montalvo para mostrar episodios que se pueden relacionar con los sucesos que estaban ocurriendo en el Ecuador. Si ya conocíamossu devoción por Cicerón desde el título, a lo largo de los ensayos aparecen frecuentesalusiones a la Roma Clásica, una de las épocas más estimadas por el escritor de Ambato. Como contrapunto a este repaso a la Historia, que realiza a lo largo de las páginas de Las Catilinarias, aparecen referencias a la situación política contemporánea de los distintos países de América Latina. Montalvo estaba al tanto de lo que ocurría en toda Hispanoamérica, y se sirve de esto para contraponer la realidad ecuatoriana a la de los países limítrofes. Destaca el cariño y la admiraciónque emplea cuando se refiere a Colombia, nación que había acogido al autor en la localidad de Ipiales.
Precisamente el elogio a un periodista colombiano protagoniza la coda que añade a lacuarta Catilinaria. Escribe esta laudatoria hacia Adriano Páez como contrapunto al resto de la obra. El tono general del ensayo es de un insulto,elaborado y razonado pero insulto al fin y al cabo, hacia la persona de Ignacio Veintimilla. El elogio a Páez, así como los que dedica a todos aquellos que le apoyan, actúa como un contraste que no hace sino ahondar por oposición la críticahacia el dictador.
Entre las incontables referencias literarias que se pueden rastrear en Las Catilinarias hay una que destaca sobre todas las demás. Montalvo se declara un enamorado de la obra de Cervantes, recordemos su obra Capítulos que se le olvidaron a Cervantes, y son constantes las alusiones al Quijote. Comparte con este libro una característica cuya importancia creemos que debe ser ponderada: el comentario que el autorhace de la recepción de su propia obra. Al igual que Cervantes introduce referencias a la recepción de su libro en la segunda parte del Quijote, Montalvo, al ir publicando de manera escalonada los distintos ensayos que componen el libro,puede comentar la recepción de sus ensayos. Es algo que pocos autores pueden hacer y que es muy útil para el ensayista, ya que puede respondera las críticas, agradecer las alabanzas, y explicar los errores que se le achacan.
Juan Montalvo tenía una formación clásica, y conocía perfectamente la tradición literaria europea.
Prueba de ello es la actualización que lleva a cabo de un tópico clásico de la culturaoccidental: el menosprecio de corte y alabanza de aldea. El autor traslada este tema a la realidad hispanoamericana y alaba la integridad de las tribus amazónicas frente a las corruptelas de las sociedades aparentemente civilizadas. En relacióna este aspecto, Juan Carlos Grijalva ha puesto de manifiesto la base social de las Catilinarias, que tiene entre sus objetivos el ataque del racismode las clases dominantes hacia los indígenas. Como ya hemos señalado al comentar la loa a Adriano Páez, Montalvo añade a veces unas codas a sus ensayos para reflexionar sobre diversos asuntos. Las razones de estos añadidos puedenser varias: la diferencia de tono o de tema, estar redactados con posterioridad al resto del ensayo, etc. En la Sexta Catilinaria, por ejemplo, son dos los exordios: una reflexión moral y una prueba de los robos de Veintimilla.
En la Octava Catilinaria el tema que trata es el de la Cultura. Lo considera Montalvo un método para luchar contra las injusticias y los delitos que asolan Ecuador. Hace un repaso de la Cultura, la Educación y de la situación política de distintos países de Europa y de América; todo ello lo configura como un gran conocedor de la realidad que se vivía en Occidente en el siglo XIX. Montalvo va más allá de los tópicos e indagaen las carencias que cada país tiene en Educación. No sólo encontramos referencias a obras literarias, a la Historia, a la situación política de Ecuador y del resto de países, también observamos que Montalvo conoce bien la mitología de raíz europea. Esto le sirve para hacer un paralelismo entre temas mitológicos y los vividos porél, como en este caso: “Caco huía de Hércules, yo soy menos temible que este héroe; Ignacio Veintimilla no huye de mi, antes me sale al paso”1.
Podemos observar en el desarrollo de Las Catilinarias una evolución en cuanto a los temas que tratan cada uno de los ensayos. Poco a poco se va mitigando la crítica a Veintimilla que es tan virulenta en las primeras Catilinarias. En las últimas se centra más en reflexiones generales y en críticas a costumbres y a personajes, aunquesiempre lanza algún ataque al dictador. Como ya hemos ido comentando en párrafosanteriores, la crítica al General Veintimilla es la protagonista principal de toda la obra. Son continuos y devastadores los ataques a la persona de este dictador ecuatoriano. Montalvo hace del insulto un arte; en la Segunda Catilinaria se puede leer esta frase que hace referencia a la poca integridad del Ignacio Veintimilla: “Su corazón no late; se revuelca en un montón de cieno”.
Son muy variadas las formas que emplea el autor para realizar la crítica que debe mostrar a todo el pueblo ecuatoriano los defectos del general.Descalifica a Veintimilla ejemplificando en él los siete pecados capitales: va recordando episodios concretos en los que se ponen de manifiesto la soberbia, la ira o la gula del general.
También se vale de los Diez Mandamientos bíblicos para asegurar que el tirano no cumple ninguno de ellos.
Una de las características propias de Las Catilinarias es que Montalvo suele aportar al texto frecuentes reflexiones propias. En estas pequeñas teorías morales se va vislumbrando la filoso fía vital del autor, que a menudo nos la muestraen oposición a un Veintimilla ridiculizado hasta el extremo. En una de estas meditaciones, Montalvo reflexiona sobre los defectos y los vicios, y no duda en ejemplificar los peores en la figura del tirano, al que critica por su concupiscencia,su embriaguez y su pasión por el juego. No escatima detalles al ejemplificar cada uno de estos vicios con episodios de la vida de Veintimilla.
La eficacia de la crítica de Montalvo hacia el contrincante político reside, principalmente, en que él sufre en primera persona las iniquidades de Veintimilla. El autor aparece a menudo como un personaje más de los hechos que narra, ya que ha sido testigo y protagonista de los mismos. Montalvo no pretende hacer una semblanza imparcial, quiere hacer una crítica basándose en los desmanes que ha cometido y que él conoce de primera mano porque los ha sufrido.
También conoce muy bien la corte que acompaña a Veintimilla y sabe describirla con precisión y sin ahorrar vituperios.
La crítica hacia el general va dirigida tanto a su labor como gobernante como a sus defectos personales. A veces logra unir estas dos críticas con gran eficacia. Por ejemplo tras mofarse del analfabetismo de Veintimilla, Montalvo afirmaque su incultura ha provocado el menosprecio y el descuido de la Educación. Imbrica la mala situación del país con las tachas de su mandatario.En lo que respecta a la crítica personal de Veintimilla se ríe por ejemplo de su forma de hablar.
Lo hace poniendo casos concretos de su incultura: dice “tíes” en vez de vosotros, o mezcla el quechua y el español. También se mofa de sucomportamiento en sociedad, por hechos como la utilización del tuteo cuando se dirige a personajes ilustres.
Veintimilla no es el único personaje al que Montalvo critica. También lanza dardos envenenados hacia la figura de García Moreno, el que fuera también presidente de Ecuador, y hacia la de Urbina, aliado del dictador. También reprende a Antonio Borrero, el anterior dirigente del país, pero de una forma más liviana ya que reconocesus virtudes.
Junto con la crítica constante a Veintimilla, se va configurando un fresco de la sociedad ecuatoriana de la época. Muestra Montalvo cierto desencanto hacia sus compatriotas, de los que llega a decir que “razón sin bayoneta es sinrazón para ellos”.
Queda clara la poca confianza que tenía en el espíritu democrático del pueblode Ecuador, que aparece en un segundo plano durante la obra, mientras que es la clase dirigente la que protagoniza los ensayos. Un ejemplo de ello lo encontramos en la Sexta Catilinaria, en la que se narran distintos acontecimientos de losprincipales personajes de la vida pública de Ecuador.
Montalvo era un gran conocedor de la heterogénea realidad de su país. Aparecen retratadas las dos caras del Ecuador: los serranos (los habitantes de Quito) y los costeros (los de Guayaquil).
Estos últimos salen peor parados en la comparación, por defender a Veintimilla. También queda patente la influencia que alcanza el tirano en distintos sectores de la sociedad: en la Universidad lo hace encarcelando al rector y en el poder judicial influyendo en algunos casos.
Otro estamento ecuatoriano que sale muy mal parado de Las Catilinarias es el clero. Critica el autor a algunos por estar con Veintimilla y a los demás por no levantarse de manera decidida contra él. Esta crítica general se convierte en sátira en algunos episodios concretos que narra, como por ejemplo aquél protagonizado por un monje glotón.
Comentábamos antes lo destacado de la prosa de este libro. Lo primero que debemos reseñar al ocuparnos del estilo de Las Catilinarias, es que Montalvo es muy cuidadoso con él.
Utiliza el escritor ambateño una prosa refinada, propia de los mejores narradores hispanoamericanos del siglo XIX. Emplea también una gran variedad de recursos literarios como ahora veremos. La importancia del estilo para Montalvo es suma, porque se quiere erigir como una figura que represente la cultura y la democracia en Ecuador, frente a la ignorancia que caracteriza a Veintimilla.
Encontramos en varias ocasiones a lo largo de los distintos ensayos, la descripción de un personaje histórico como epítome de una virtud o de un defecto. Emplea esta figura siempre en relación con Veintimilla; ya sea por oposición, cuando ejemplifica virtudes, o por similitud con el dictador, cuando representa defectos.
Una de las notas características del estilo de los doce ensayos es la inclusión de episodios narrativos. Hallamos en Las Catilinarias varias parábolas y fábulas; entre las primeras destaca el cuento de la bella Ecua (de la Tercera Catilinaria) que es una parábola de la situación política de Ecuador. También encontramos comentarios deobras literarias, como el de una comedia de Moratín o el del ensayo titulado La femme del historiador francés Jules Michelet. Otras veces incluye citas literarias; así encontramos por ejemplo una del Libro del buen amor del Arcipreste de Hita.Montalvo no sólo era un gran entendido en Literatura, también tenía cierta formación lingüística.Lo demuestra al final de la Tercera Catilinaria en la que añade una nota filológica sobre la etimología de la palabra “prescindencia”. En el penúltimo ensayo de este libro añade una nueva reflexión de este tipo, al corregir los errores tipográficosque ha detectado en las distintas Catilinarias.
Siguiendo con la descripción de su estilo observamos un recurso muy empleado: la repetición de la misma estructura sintáctica. También son frecuentes los juegos de palabras, entre los que destacan los dedicados al nombre del dictador.
Le pone motes como el de Ignacio de la Pandilla (por sus compañeros), Ignacio de Pilla- Pilla (por ladrón), Ignacio de Villadiego (por cobarde) o Ignacio de la Cuchilla (por asesino).También destaca el estilo de Montalvo en las descripciones. Son minuciosos los retratos que realiza de los banquetes o de la abigarrada corte que rodeaba a Veintimilla. El ambiente del palacio del tirano anticipa las descripciones que autorescomo Vargas Llosa o García Márquez harán un siglo después en sus novelas sobre dictadores.Esta prosa que mezcla reflexiones propias con diálogos, escenas, citas literarias y datos eruditos, da a Las Catilinarias cierto aire de miscelánea y ayudan a convertirla en una obra única y que a su vez representa muy bien el espíritu de su tiempo. Juan Montalvo por su parte, aparece como el dueño de una de las plumas más aceradas del ensayo hispanoamericano decimonónico.
jueves, 10 de julio de 2014
Juan
Montalvo
Juan Montalvo es un ícono en la
Literatura Ecuatoriana, porque fue un ensayista y novelista muy reconocido. Es
por esto que estoy hablando sobre él, sus obras, su amor a la
libertad y su odio a la tiranía. Todas sus obras y sus características nos
dejaron un gran legado para la literatura Ecuatoriana moderna y que
ahora nos sirve muchísimo en la composición de ensayos y novelas de un
nivel insuperable como era la firma de Juan Montalvo. Gracias a él ahora
podemos tener grandes ejemplos de novelas y ensayos en los que a mi me encanta
ver como todo lo hace por la justicia
del pueblo, y sobre todo defiende con su sangre lo que el
piensa ya que en ese tiempo, si alguien pensaba algo distinto, por lo general
era condenado a muerte.
Juan Montalvo siempre fue un joven
sencillo y sin lujos, lo que cuando creció le sirvió para poder estar en contra
de las injusticias, y querer que su país
sea un lugar libre lo que le llevo a
escribir sobre eso, a demandar la dictadura de su época y quedarse de brazos
cruzados.
Juan Montalvo nace en Ambato un 13 de
Abril de 1832 y murió un 17 de Enero de 1889 en París, Francia. Juan Montalvo
desde joven se dedicó al cultivo de las letras, por tanto sus obras son el
producto de su afición y dedicación, tales como: "Los Siete
Tratados", "Capítulos que se le olvidaron a Cervantes", "La
Dictadura Perpetua", "El Cosmopolita", "Las
Catilinarias", "El Espectador", "El Regenerador",
"Geometría Moral", "La Mercurial Eclesiástica".
Él tenía un pensamiento liberal muy
marcado por el anticlericalismo y era un gran
Opositor de García Moreno e Ignacio
de Veintimilla. Él se expresaba por medio
de la revista” El Cosmopolita”. Entre sus temas más frecuentes esta la
Civilización y Barbarie, en el ensayo hispanoamericano se consideraba que la barbarie era el obstáculo para el
avance, la cultura. Así Juan Montalvo dijo que un barbarie era el uso de la
fuerza bruta, la opresión, el despotismo y el fanatismo religioso, por lo cual
él estaba totalmente en contra.
El también hacia críticas bastante
duras a la política, era muy desagradable la situación del país, así que él no
soportó y empezó a escribir sobre eso.
Aunque él era muy respetuoso de las leyes, pero le molestaba el hecho de que
algunas fueran muy injustas, y sobretodo increíblemente duras así que el en “El
Cosmopolita” el empezó a atacar a los legisladores que creaban o derogaban
leyes a su antojo, y sobre todo pensando sólo en su bien estar y no en el pueblo como debería ser.
Sin duda es la personalidad más singular
y atractiva de la historia literaria Ecuatoriana. Esto se fue cultivando desde
que él era un infante ya que tenía una gran firmeza de las ideas, la honradez
todo este era el ambiente familiar en el que el creció.
Nosotras debemos aprovechar el gran
valor que nos dejó Juan Montalvo, el coraje, de poder decir lo que sea, de
defender tus ideales, de dejarlo todo, arriesgarlo todo, tu vida sobre todo,
por lo que piensas, no dejar que se den injusticias, ese es un legado que nos
da, debemos seguir su ejemplo.
viernes, 4 de julio de 2014
la Ideología Montalvina
expuesta en el ensayo “Washington y
Bolívar”
Autor: Ricardo Gonzaga.
Montalvo
creó un estilo caracterizado por la
riqueza lingüística, las frases lapidarias y la inclusión de parábolas y
acontecimientos sacados de la historia y la mitología. Por su lujo verbal y su
cuidada expresión en los escritos el escritor ecuatoriano anticipó la renovación
literaria del Modernismo.
En la narrativa de
Montalvo se vislumbra sobre todo el tedio y la arrogancia sobre la tiranía y la
injusticia.
Su Ideología.
Inicia
con la elocución de Washington y sus proezas militares, la exaltación de su
buen juicio, luego nombra Bolívar y su herencia del ruido de las armas y el
trotar de los caballos, luego cuenta de una forma muy elegante como el
norteamericano haría un papel muy apropiado en el senado romano en el medio de
Horacio y Virgilio. En el fragmento dos se destaca la semejanza entre Washington
y Bolívar la identidad y los fines ya que los dos buscan la libertad de un
pueblo en busca del establecimiento de la democracia.
En el
fragmento nos habla de la riqueza de los del norte civilizados y pudientes aun
antes de la emancipación de la madre Inglaterra, destaca el valor de los
soldados de su ejército como Franklin, Jefferson y Madison de cuan numerosos
eran y cuan numerosos se contaban, y luego
menciona a Bolívar como un hombre alto y resplandeciente y cuenta como fundó
una nación menos afortunada que la de su hermano primogénito, la vio destruirse
aunque no en su totalidad si desfigurada y opacada,
Por último
resalta como se reúsa a la tercera presidencia Washington, y prefiere la
retirada honorifica que le de descanso y como un hombre raro y feliz, y por
ultimo termina con la unión de los nombres insignes Washington y Bolívar augusto personajes gloria
del Nuevo Mundo.
ANÁLISIS DE LAS CARACTERÍSTICAS:
Montalvo
creó un estilo caracterizado por la
riqueza lingüística y pasa demostrar lo dicho con anterioridad tomamos este
fragmento de su obra para demostrarlo. “Bolívar trae consigo el ruido de las
armas, y a los resplandores que despide es figura radiosa, vemos caer y huir y
desvanecerse los espectros de la tiranía”
Las
frases lapidarias y la inclusión de parábolas y acontecimientos sacados de la
historia y la mitología. Es así que en este pequeño párrafo lo comprobamos. “En
tiempos de os Dioses, Saturno devoraba a sus hijos, nosotros hemos visto y
estamos viendo a algunos hijos devorar a sus madres…”
Por su
lujo verbal y su cuidada expresión en los escritos el escritor ecuatoriano
anticipó la renovación literaria del Modernismo. Ciertamente esto se puede
demostrar en lo escrito por su puño.
“Caudillo inspirado por la providencia, hiere la roca con su varilla de
virtudes y un torrente de agua cristalina brota murmurando afuera, pisa con
intensión y la tierra se puebla de numerosos combatientes, esos que la patrona
de los pueblos oprimidos envía sin que sepamos de dónde…”
Política:
Por lo
tanto hablar de un Montalvo sesgado del aspecto político es imposible porque
aunque nunca manifestó su aspiración de gobernar siempre destaco por su sentido
de Justicia y de libertad.
El
ensayo escrito por Montalvo es una laceración en contra de la alegoría que se
hace al extranjero que se lo considera civilizado y civilizador, que es alabado
en un momento de gloria, el ensayo en si
es una crítica constante en contra de la autoridad de dominio del poder y el
poderoso.
miércoles, 18 de junio de 2014
BIOGRAFÍA
JUAN MONTALVO FIALLOS
Juan Montalvo nace en Ambato, Ecuador,
el 13 de abril de 1832 y muere en París el 17 de enero de 1889. Siendo niño fue
testigo de las intransigencias políticas al ver a su hermano y tío marchar al
exilio. Cursó primero estudios en el Colegio de San Fernando (1846-1848) y
luego en el Seminario de San Luis en Quito (1848-1851), donde obtuvo el título
de Maestro en Filosofía. Inició también estudios de jurisprudencia en la
Universidad de Quito sin llegar a terminarlos. En realidad Montalvo es un
autodidacta. Su formación se debe más a sus lecturas y a su experiencia
europea, primero como miembro de la legación diplomática en Roma (1856-1858) y
luego en París (1858-1859). En 1859 regresa a Ecuador y desde el comienzo toma
una postura activa contra la dictadura de Gabriel García Moreno. Su vocación de
escritor le induce a crear una revista, El Cosmopolita (1866-1869),
desde la cual difunde sus escritos, pero que le llevaría al destierro de Ambato
por sus críticas a García Moreno (murió asesinado en 1875). La muerte de un
tirano dio paso a la entrada de otro, Ignacio Veintenilla, y Montalvo se vio de
nuevo combatiendo en pro de la libertad. Primero lo hace a través de las
páginas de El Regenerador (1876-1877), más tarde con sus Catilinarias que
se empiezan a publicar en el periódico LaEstrella de Panamá, donde había salido exiliado, y que se recogerán luego en libro en 1880; en
estos ensayos surge con fuerza su espíritu polémico, su ironía y su lucha
contra la tiranía. Su oposición a la dictadura lo mantienen fuera de Ecuador,
primero exiliado en Panamá y luego en Francia. En 1881 viajó a París con el
manuscrito de otros libros suyos. El libro de ensayos Siete tratados,
quizás la obra que mejor caracteriza la cultura de Montalvo, se publicó en
1882; los demás sólo después de su muerte (Capítulos que se le olvidaron a
Cervantes, 1895;Geometría moral, 1902).
La obra ensayística de Montalvo destaca por
su espíritu combativo ante la opresión, tanto social como política y religiosa.
En su obra destaca el ensayo polémico. Como escritor era un purista en el uso
del lenguaje y un clasicista en el estilo, pero un romántico en su amor a la
libertad y en su lucha contra la tiranía (“Mi causa es la moral, la sociedad
humana, la civilización […]”, dice en 1859 en carta al dictador García Moreno).
Su lucha en pro de la libertad no tiene, sin embargo, la preocupación social
que caracterizaría luego a los ensayistas iberoamericanos a partir del último
tercio del siglo XIX. Quizás el mejor ejemplo para contrastar su estilo y
preocupación con el estilo y preocupación social de la generación que le sigue,
sea la lectura del ensayo “Indios”
(1887) de Montalvo y “Nuestros
indios” (1904) de Manuel
González Prada.
“Ojeada sobre
América” (1866) es un ensayo más extenso y también un buen ejemplo del
estilo de su prosa, de su preocupación por América y de sus conocimientos, no
sólo del pasado histórico sino también de los acontecimientos del momento.
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